Biografia y Vida de Vicente Huidobro

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Vicente Huidobro
(1893-1948)

Nacido en el seno de una familia de acusada tradición literaria -su madre era
escritora-, pronto mostró el joven Vicente una notable inclinación hacia la
creación poética, plasmada cuando sólo tenía doce años de edad en las
primeras composiciones que dio a conocer. Este talante creador, estrechamente
ligado a su espíritu iconoclasta, le llevó a rechazar, en un manifiesto que hizo
público cuando aún era adolescente, cualquier forma de poesía anterior.

Decidido a abrirse camino en el mundo de las Letras, rechazó también la
reducida atmósfera literaria chilena para trasladarse a París en 1916, donde
participó en todos los movimientos vanguardistas que por aquellos años florecían,
y vertiginosamente se agostaban, en la capital francesa; allí pudo empezar a
publicar sus primeras colaboraciones en algunas revistas tan significativas como
Sic y Nord-Sud, y entablar relaciones con las principales cabezas de la
Vanguardia europea, como los surrealistas Guillaume Apollinaire y Pierre
Reverdy, con quienes colaboró en la fundación de una de las publicaciones
recién citadas (Nord-Sud). Sin embargo, y a pesar de esta estrecha colaboración
en los comienzos de su andadura literaria, Vicente Huidobro pronto se
distanció voluntariamente de los postulados surrealistas, ya que en su particular
concepción de la creación artística no cabía la máxima de que el artista era un
mero instrumento revelador de los dictados de su inconsciente.

Esta ruptura con el surrealismo le animó a plantearse la validez de todas las
corrientes vanguardistas que había conocido de primera mano. Así, rechazó
también las propuestas del futurismo, pues tenía el convencimiento de que el
fervor manifestado hacia la máquina se apagaría en cuanto el hombre su hubiera
acostumbrado a los adelantos del progreso técnico. El sucesivo rechazo de
todos los postulados estéticos de la Vanguardia llevó a Vicente Huidobro a
crear su propia corriente, bautizada como Creacionismo, en la que situaba al
creador artístico a la altura de un demiurgo capaz de insuflar a su creación un
aliento vital tan poderoso que se podría medir, incluso, con las creaciones de la
propia Naturaleza. 

Así, para Huidobro y el resto de los creacionistas que inmediatamente cerraron
filas en torno a estas propuestas tan originales como transgresoras, el artista no
debía limitarse a reflejar la Naturaleza, sino que debía mantener con ella una
especie de competición en la que podía mostrar el vitalismo de su propia obra.
Lógicamente, esta concepción del arte en general (y, en el caso del propio
Huidobro, del hecho literario en particular) llevaba aparejada la necesidad de
crear nuevas imágenes, tan coloristas como animadas e sorprendentes, e
incluso, un novedoso lenguaje poético capaz de romper con todos los niveles de
la lengua y generar también su propia sintaxis; de ahí que la yuxtaposición (de
oraciones, vocablos o sonidos extrañamente puestos en contacto) se convirtiera
en una de las características más acusadas del Creacionismo, al tiempo que las
largas secuencias y enumeraciones de palabras y sintagmas contribuyeran
decisivamente a dar al poema esa apariencia de objeto aleatorio, mera creación
de un dios absorto en las posibilidades estéticas del material con que moldea su
obra. 

Con estos presupuestos estéticos, Vicente Huidobro se presentó en Madrid en
1918, donde fundó un destacado grupo de poetas creacionistas consagrados a la
elaboración de textos que seguían fielmente los postulados del ya respetado
maestro chileno. Por aquel entonces ya era un poeta fecundo, que arrastraba
tras sí una interesante producción literaria: seis poemarios impresos en su país
natal (Ecos del alma, La gruta del silencio, Canciones en la noche, Pasando y
pasando, Las pagodas ocultas y Adán), uno aparecido en Buenos Aires (El
espejo de agua) y otro publicado en París (Horizon Carré). Así, no es de extrañar
que en Madrid las imprentas y editoriales compitieran entre sí por llevar a los
tórculos las últimas creaciones de Huidobro, competición que enseguida arrojó
sus frutos en forma de cuatro nuevos poemarios (Poemas árticos, Ecuatorial,
Tour Eiffel y Hallali).

De retorno a París, Vicente Huidobro continuó su febril proceso de creación
poética, ahora enriquecida con una curiosa aproximación al género
narrativo-cinematográfico, la novela-guión Cagliostro, de 1921. La sucesión de
títulos detallada más abajo (vid. el apartado "Obra") da buena cuenta de la
capacidad y la fecundidad creativa de este poeta durante la década de los años
veinte. Alrededor de 1930 fue cuando dio los toques finales a sus dos obras
cumbres, dos poemarios que, desde el momento mismo de su aparición estaban
llamados a situarse en los puestos cimeros de la literatura universal. 

Por aquel entonces, Huidobro estaba en el apogeo de su fama, y gozaba del
éxito obtenido por su novela fílmica Mío Cid Campeador (1929), en la que el
propio poeta, que alardeaba de ser descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar,
identificaba su relación amorosa con Ximena Amunátegui como una
reencarnación moderna de la pareja formada por El Cid y Doña Jimena. 

La peripecia que había dado lugar a esta unión no puede ser más rocambolesca:
en 1925, coincidiendo con su regreso a Chile y su fracaso en el intento de tomar
parte activa en la política de su país (llegó a presentarse como candidato a la
Presidencia), el gran poeta conoció a Ximena, una joven estudiante de quince
años de edad, por la que abandonó a su mujer (con la que llevaba casado más
de quince años) y a sus hijos. Ximena no sólo era menor de edad, sino hija de un
poderoso prócer chileno, quien se opuso tajantemente a su unión con el poeta.
Huidobro marchó entonces a París, cerró la casa de Montmartre donde había
residido con su familia, y se trasladó a Nueva York, donde cosechó algún éxito
como escritor de guiones cinematográficos. 

Pero en 1928, cuando Ximena Amunátegui acababa de alcanzar la mayoría de
edad, el poeta viajó a Chile, la raptó a la salida del Liceo y se marchó de nuevo a
París, en donde la feliz pareja se instaló en el barrio de Montparnasse. Fueron
aquellos unos años de plenitud amorosa y creativa para el poeta, quien, después
del mencionado éxito de su versión del Cid, decidió retomar un largo y ambicioso
proyecto en el que había empezado a trabajar diez años antes. Se trata de
Altazor o el viaje en paracaídas, la obra cumbre del Creacionismo universal, que
junto con Temblor de cielo (acabado también por aquellas fechas), constituye el
mayor legado de Huidobro a la poesía de su tiempo y, sin lugar a dudas, una de
las fuentes que con mayor generosidad habría de surtir a los poetas venideros.

A finales del siglo XX, después de que las corrientes estéticas hayan virado por
centenares de derrotas diferentes, el valor poético de Altazor y Temblor de cielo
sigue siendo incalculable. Bien es cierto que una parte de la crítica, aquella que
reacciona anacrónicamente contra los postulados vanguardistas, sólo ve en
Huidobro una especie de ingenioso prestidigitador que juega con las palabras
como si de objetos malabares se tratasen, sin conseguir dar a sus
composiciones sentido alguno; pero la mayoría de los estudiosos del fenómeno
poético aún se deslumbra con las imágenes, la vivacidad, la invención y la
heterodoxia inconformista y novedosa de este gran rebelde de las letras
hispanas, quien supo mantener su vigor creacionista hasta en el epitafio que dejó
escrito para su lápida: 

"Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar". 

Frente al mar, en Cartagena (Chile), murió Vicente Huidobro en 1948, y frente al
mar (o tal vez sobre él, como reza su epitafio) reposan sus restos en el
camposanto de la bella localidad chilena.

Biografia y Vida de Pablo Neruda

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Pablo Neruda
(1904-1973)


20.gif (15396 bytes)Neftalí Ricardo Reyes Basoalto (quien escribiría posteriormente con 
el seudónimo de Pablo Neruda) nació en Parral el año 1904, hijo de 
don José del Carmen Reyes Morales, obrero ferroviario y doña Rosa 
Basoalto Opazo, maestra de escuela, fallecida poco años después del 
nacimiento del poeta. 

En 1906 la familia se traslada a Temuco donde su padre se casa con 
Trinidad Candia Marverde, a quién el poeta menciona en diversos 
textos como Confieso que he vivido y Memorial de Isla Negra con 
el nombre de Mamadre. Realiza sus estudios en el Liceo de Hombres 
de esta ciudad, donde también publica sus primeros poemas en el 
periódico regional La Mañana. En 1919 obtiene el tercer premio en 
los Juegos Florales de Maule con su poema Nocturno ideal. 

En 1921 se radica en Santiago y estudia pedagogía en francés en 
la Universidad de Chile, donde obtiene el primer premio de la fiesta 
de la primavera con el poema La canción de fiesta, publicado 
posteriormente en la revista Juventud. En 1923, publica Crepusculario, 
que es reconocido por escritores como Alone, Raúl Silva Castro y Pedro
Prado. Al año siguiente aparece en Editorial Nascimento sus Veinte 
poemas de amor y una canción desesperada, en el que todavía se nota 
una influencia del modernismo. Posteriormente se manifiesta un 
propósito de renovación formal de intención vanguardista en tres 
breves libros publicados en 1926: El habitante y su esperanza ; 
Anillos (en colaboración con Tomás Lagos) y Tentativa del hombre 
infinito. 

En 1927 comienza su larga carrera diplomática cuando es nombrado 
cónsul en Rangún, Birmania. En sus múltiples viajes conoce en Buenos 
Aires a Federico García Lorca y en Barcelona a Rafael Alberti. 
En 1935, Manuel Altolaguirre le entrega la dirección a Neruda de 
la revista Caballo verde para la poesía en la cual es compañero de 
los poetas de la generación del 27. Ese mismo año aparece la edición 
madrileña de Residencia en la tierra. 

En 1936 al estallar la guerra civil española, muere García Lorca, 
Neruda es destituido de su cargo consular, y escribe España en el 
corazón. 

En 1945 obtiene el premio Nacional de Literatura. 

En 1950 publica Canto General, texto en que su poesía adopta una 
intención social, ética y política. En 1952 publica Los versos del 
capitán y en 1954 Las uvas y el viento y Odas elementales. En 1958 
aparece Estravagario con un nuevo cambio en su poesía. En 1965 se 
le otorga el título de doctor honoris causa en la Universidad de 
Oxford , Gran Bretaña. En octubre de 1971 recibe el Premio Nobel 
de Literatura. 

Muere en Santiago el 23 de septiembre de 1973 . Póstumamente se 
publicaron sus memorias en 1974, con el título Confieso que he vivido.

Biografia y Vida de Leopoldo Lugones

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LEOPOLDO LUGONES 
(1874 – 1938)




Nació en 1874 en Villa de María en el departamento cordobés del Río Seco. Fue el primogénito del matrimonio de Santiago Lugones y Custodia Argüello. En su niñez, la familia se trasladó primero a Santiago del Estero y posteriormente a Ojo de Agua, una villa con pocos habitantes, donde cursó sus estudios primarios.

A los diez años, se destacaba por su memoria, gusto por la lectura e interés por las ciencias naturales. Se cuenta que lo llamaban para amenizar las "tertulias" familiares. Sus padres decidieron enviarlo a Córdoba con su abuela materna para que siguiese los estudios superiores.
En 1892 Leopoldo volvió a vivir con su familia que se había trasladado a Córdoba después de haber perdido su estancia. La crítica situación económica lo llevó a tener que comenzar a trabajar y convertirse en un autodidacta.
En esta época dio con éxito sus primeros pasos en la vida pública. Recitó su primera composición en el Teatro Indarte, dirigió el periódico liberal y anticlerical "El Pensamiento Libre" y se alistó voluntariamente para enfrentar a las fuerzas radicales sublevadas en Rosario.
En Córdoba, Lugones se fue convirtiendo en un personaje popular capaz de ser contrapunto de los payadores del barrio, publicar versos controvertidos con el seudónimo Gil Paz, promover huelgas estudiantiles y fundar un centro socialista.
El año de 1896 fue decisivo para Lugones: se instaló en Buenos Aires y se casó con Juana González. En la gran ciudad se unió al grupo socialista de escritores integrado por José Ingenieros, Roberto Payró, Ernesto de la Cárcova, escribió en el periódico socialista "La Vanguardia" y en la "Tribuna", órgano del roquismo y se ganó al distinguido auditorio del Ateneo. A los 22 años comienza a escribir en "La Nación", promovido por su amigo Rubén Darío. Publicó su primer libro "Las montañas del oro" (1897), basado en una influencia tardía del Romanticismo Francés.
El "novecientos" fue una época de intensa producción en la que escribió muchas de sus obras más valoradas como "Crepúsculos del jardín" (1905) donde se acerca al modernismo hispanista y a las nuevas corrientes literarias francesas: simbolismo, decadentismo, parnasianismo. Esta tendencia alcanza su máxima expresión en "Lunario sentimental" (1909). En su obra "Las fuerzas extrañas" (1906). Lugones plasmará sus habilidades para escribir cuentos de misterio. Este trabajo junto con los "Cuentos fatales" (1926) renuevan el género de la forma breve e inician una fecunda tradición en el Río de la Plata, en la que se inscribirán escritores como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar.
En 1901 ocupó el cargo de inspector de secundaria y normal bajo las órdenes de Pablo A. Pizzurno y Virgilio Magnasco. Posteriormente asumió la inspección general donde concretó varias de las ideas plasmadas en su estudio sobre la "Reforma educacional": cursos especiales en vacaciones, fundación del Instituto Nacional del Profesorado Secundario, creación de las cátedras de Educación Física y Dibujo, reglamentación para el ingreso de alumnos a la enseñanza secundaria. Más adelante fue comisionado en viaje a Europa para estudiar las novedades pedagógicas. En 1915 se hizo cargo de la dirección de la Biblioteca Nacional de Maestros que ejerció hasta su muerte.
En 1910, la conmemoración del Centenario de Mayo representó el cenit del movimiento de afirmación de los valores y tradiciones nacionales. Bajo ese impulso, Lugones publicó varios trabajos: "Odas seculares" (1910) y la "Historia de Sarmiento" (1911).
En "El Payador" (1916), reúne una serie de conferencias sobre "Martín Fierro" de José Hernández que rescatan la obra, calificándola de "Cuento Homérico de la Cultura Argentina"... Este particular enfoque instaló en la crítica una fructífera polémica que se prolongó por décadas y cuyo resultado fue la aceptación del Poema como la obra emblemática de la identidad literaria argentina. La lectura que Lugones hace deja entrever otro de sus principales puntos de interés intelectual; la cultura clásica. En este campo su producción incluye las obras "Didáctica" (1910); "Las limaduras de Hephaestos" (1910), "Estudios Helénicos" (1924) y "Nuevos estudios Helénicos" (1928).
En Europa se vivía un tiempo de incertidumbre instalado con la guerra mundial, la revolución de los "soviet" y el fascismo italiano, mientras en Argentina se sentía la crisis económica y la inestabilidad política. Lugones fue un observador atento de la situación internacional y un hombre de acción en su país.
Lentamente, su visión socialista fue dando paso a un pensamiento nacionalista de originales matices, crítico del liberalismo y alejado de las posiciones católicas. Este Lugones maduro fue igual de controvertido que en sus posiciones juveniles al apoyar el militarismo de la década del treinta.
Su trabajo incesante se plasmó en numerosos escritos, artículos de prensa y conferencias que le merecieron el nombramiento en la Asamblea de Cooperación Intelectual de la Liga de las Naciones (1924), el Premio Nacional de Literatura (1926) y la presidencia de la Sociedad Argentina de Escritores, fundada con su impulso (1928).
En esta etapa, aumentó con ritmo vertiginoso su ya cuantiosa producción intelectual entre la que se encuentra "Poemas solariegos" (1928) uno de sus títulos más elogiados y los ensayos "La patria fuerte" (1930) y "La grande Argentina" (1930), indispensables para comprender la época y la generación de Lugones.
Puso fin voluntariamente a su vida en una isla del Tigre. Los boletines informativos sorprendieron a la opinión pública tanto como a quienes lo trataban cotidianamente en la Biblioteca Nacional de Maestros.
Lugones aún hoy genera controversias por su cambiante temperamento político. El tiempo, sin embargo, lo ha destacado como una figura central de la cultura argentina y como uno de sus más grandes escritores.
(De Biblioteca privada de Leopoldo Lugones)


Biografia y Vida de Antonio Machado

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Antonio Machado(1875-1939)


machado.jpg (52225 bytes)Poeta y prosista español, perteneciente al movimiento literario conocido como generación del 98. 
Probablemente sea el poeta de su época que más se lee todavía. Vida Nació en Sevilla y vivió luego
en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros 
poemas aparecieron en 1901. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que 
conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. En Madrid, por esas mismas 
fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los 
que mantuvo una estrecha amistad. Fue catedrático de Francés, y se casó con Leonor Izquierdo, 
que morirá en 1912. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua.
Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel,estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa de Benamejí, de 1931.
 Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. 
Posteriormente se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero.

Biografia y Vida de Efraín Huerta

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EFRAÍN HUERTA 
(1914 - 1982) 


efrain.jpg (39829 bytes)Nació en Guanajuato el 18 de junio de 1914; murió en 1982. Hizo sus primeros estudios en León y Querétaro. En la ciudad de México cursó la preparatoria y los primeros años de la carrera de leyes. Fue periodista profesional desde 1936 y trabajó en los principales periódicos y revistas de la capital y en algunos de provincia. Fue también crítico cinematográfico. Perteneció a la generación de Taller ¡1938-1941), revista literaria que agrupó entre otros, a Octavio Paz, Rafael Solana y Neftalí Beltrán. Viajó por los Estados Unidos y Europa. El gobierno de Francia le otorgó en 1945 las Palmas Académicas. En 1952 visitó Polonia y la Unión Soviética.
Dentro del grupo que integró la generación de Taller, Efraín Huerta se distinguió por su sana conciencia lírica, por su apasionado interés por la redención del hombre y el destino de las naciones que buscan en su organización nuevas normas de vida y de justicia. Sus primeros libros: Absoluto amor y Línea del alba están incluidos en Los hombres del alba, además de su obra publicada en revistas hasta 1944. El amor y la soledad, la vida y la muerte, la rebeldía contra la injusticia, su lucha contra la discriminación racial, la música de los negros, la política y la ciudad de México, son los temas más frecuentes de su poesía. Recibió el Premio Nacional de Poesía en 1976.
......
"Efraín Huerta es uno de los poetas más importantes del siglo veinte en América Latina. Su exquisito manejo del arte poética aunado a su vitalidad expresiva lo convierten en uno de los epígonos de su generación. Es un poeta de ruptura; inmerso en su transcurrir histórico no duda en utilizar las técnicas neo-vanguardistas en forma magistral, creando espacios que no habían sido descubiertos en la expresión poética. Inmerso en una "estética de la impureza" , contrapuesta a la "poesía pura". Efraín Huerta se consideraba "el orgullosamente marginado, el proscrito", comprometido, como todo artista auténtico, con su propia conciencia. El poeta de la rebeldía, cuya obra recupera cada vez más la fuerza expresiva al paso del tiempo, es también el poeta del amor.
Su poesía tiene muchas vertientes y nos ofrece innumerables lecturas, bebamos aquí de la vertiente luminosa de su amor, de la patria de su corazón y de su juventud que lo llevó a trascender su generación cronológica como uno más de los poetas nacidos décadas después. Es el suyo un caso extraño por su constante ruptura con los moldes y por eso falta la distancia para comprenderlo en su justa medida y trascendencia dentro de la historia literaria del siglo veinte".
(Raquel Huerta-Nava, Chapultepec, enero de 1998)



Biografia y Vida de Vicente Aleixandre

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Poeta español, nacido en Sevilla el 26 de abril de 1898 y fallecido en Madrid el 14 de diciembre de 1984, considerado uno de los grandes poetas españoles del siglo XX. Perteneciente a la Generación del 27, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1977.
Hijo de un ingeniero de ferrocarril, Vicente Aleixandre pertenecía a la burguesía media acomodada. Cuando tenía dos años de edad, su familia se trasladó a Málaga, ciudad a la que el poeta llama en su obra "el Paraíso", pues en ella transcurrió toda su infancia.



En 1909, la familia Aleixandre se instaló en Madrid, donde el futuro poeta cursó el bachillerato y, ya en plena juventud, las carreras de Derecho y Comercio. Se especializó en Derecho Mercantil, materia que luego enseñó como profesor en la Escuela de Comercio de Madrid (1920-1922).
Desde 1917, año en el que conoció a Dámaso Alonso en Las Navas del Marqués (un pequeño pueblo de Ávila en donde ambos veraneaban), Vicente Aleixandre se venía relacionando con los jóvenes de su generación que sentían inquietudes literarias.
Gracias a los consejos de Dámaso, empezó a leer a los grandes poetas del pasado reciente, como el romántico Gustavo Adolfo Bécquer y el modernista Rubén Darío; pero también a otros autores extranjeros de gran renombre, como los simbolistas franceses. Sintió, a partir de entonces, la necesidad de escribir poesía.
Estuvo gravemente enfermo en los años veinte, y, a partir de entonces, su salud fue muy delicada. Padeció una tuberculosis que le afectó un riñón y provocó que le tuvieran que extirpar este órgano. Mientras se recuperaba de esta operación, escribió algunos poemas que comenzaron a darle gran fama hacia 1926, cuando aparecieron en una de las publicaciones culturales más prestigiosas de la época: la Revista de Occidente. A partir de este reconocimiento literario, se hizo amigo de otros jóvenes poetas de la Generación del 27, como Federico García Lorca y Luis Cernuda.
Después de la guerra, Aleixandre (que fue uno de los pocos autores de su generación que se quedó en España) continuó desarrollando una trayectoria poética muy personal. En 1949 fue elegido miembro de la Real Academia Española, y desde entonces fue el gran maestro y protector de los jóvenes poetas españoles de la segunda mitad del siglo XX, que acudían a visitarle con frecuencia a su casa de Madrid, donde siempre había tertulias literarias y lecturas de versos. Murió siete años después de haber recibido un Premio Nobel con el que, según muchos críticos, no sólo se reconocía universalmente su obra, sino la de toda la Generación del 27.
La poesía de Vicente Aleixandre
Vicente Aleixandre fue un poeta total, entregado de lleno al cultivo de la poesía. No escribió obras en otros géneros. Sus escasos textos en prosa (en los que describe a otros poetas y escritores que conoció) son tan poéticos como sus versos; y sus ensayos literarios son, en su mayoría, escritos de encargo.
Sus primeras obras presentan las mismas huellas que casi todos sus compañeros de generación: el pasado reciente (Bécquer y Darío), los grandes maestros vivos que les sirven como guías (Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado) y la poderosa atracción de la Vanguardia (y, en particular, del Surrealismo). En concreto, su primer libro, Ámbito(1928), tiene clara influencia de Juan Ramón Jiménez y se abre hacia la contemplación desde el interior.

Un manuscrito autógrafo de Aleixandre
En obras posteriores como Espadas como labios(1932) y Pasión de la tierra (1928-29), se separó de la llamada poesía pura y adoptó la experiencia renovadora del surrealismo, con una visión panteísta de la naturaleza y un erotismo romántico. Aleixandre asimiló tan bien las técnicas y el estilo propios del surrealismo que, según muchos críticos, fue el principal poeta surrealista español. Esta misma línea sigue La destrucción o el amor (1935), que mereció el Premio Nacional de Literatura.
La cosmovisión de Aleixandre (que ha sido estudiada magistralmente por el poeta y crítico Carlos Bousoño) cuaja de modo definitivo en Sombra del paraíso(1944), obra que une sus dos épocas de creación. Otras obras son Mundo a solas (1950), que incluye poesías de 1934 y 1935, y Nacimiento último (1953), con textos de 1927 hasta 1952.

Hacia 1954, inicia una nueva época con obras comoEn un vasto dominio (1962), Presencias (1965) oRetratos con nombre (1965). En ellas, su poesía se vuelve más sencilla y directa, menos cargada de complicaciones surrealistas. La mirada del poeta es ahora más humana, se acerca mucho más a las cosas cotidianas, al mundo que le rodea. Para el poeta, el hombre es un ser que sufre, pero que sabe sobrellevar este sufrimiento con dignidad y valentía.
En la tercera y última etapa de su poesía, Vicente Aleixandre se presenta como un hombre maduro que asume la vejez y acepta, con elegancia, la proximidad inevitable de la muerte. Los libros más destacados de este período de ecos metafísicos son: Poemas de la consumación (1968) y Diálogos del conocimiento(1974). Ya póstuma aparece En gran noche (1991), donde se recogen muchas composiciones inéditas.
En prosa, es autor de Los encuentros (1958 y 1985), donde rescata a escritores de varias épocas, y de una colección de cartas y artículos titulada Prosas recobradas (1987).

Biografia De Juan del Valle Caviedes

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(Porcuna, España, h. 1652-Lima, h. 1698) Escritor peruano de origen español. Trasladado a América a temprana edad, tuvo una formación autodidacta, en la que se deja sentir una fuerte influencia de Quevedo y de la poesía satírica barroca española en general. Parte de su producción se conserva en dos manuscritos fechados en 1689 y que tienen el título común Diente del Parnaso, que trata diversas materias contra médicos, de amores, a lo divino, pinturas y retratos. Algunos de sus poemas constituyen una sátira feroz contra los médicos y ponen de manifiesto la facilidad del autor para la mordacidad y la burla, lo que le enfrentó a personalidades conocidas y relevantes del mundo colonial. Con humor negro, prodigó las imágenes conceptistas, las antítesis, los contrastes y las caricaturas del mundo virreinal, además de comentarios en verso sobre sucesos o circunstancias de la época.